«Lo que no se comparte, se pierde. Es el conocimiento compartido el que hace avanzar el mundo». (Warren Buffet)
Recuerdo una de mis primeras clases de conducir, en un semáforo en rampa se me caló el coche un par de veces. El que tenía detrás, un poseso de su tiempo, empezó a pitar como si le fuera la vida en ello. Mi profesor, muy educado, tiró de freno de mano, se bajó del coche y en un tono amable y con una gran sonrisa le dijo: «Perdone, ¿Usted aprendió a conducir en el útero de su madre?. En ese momento no me reí, hoy sí y riéndome aún lo recuerdo y éso que han pasado 25 años.
Pues bueno, que sepáis que sí hay una profesión que se aprende en el útero de nuestras madres (o éso parece) y es ésto del Social Media. Y es que excepto unos cuantos licenciados en Social Media con máster en community management allá por el año 90, el resto hemos aprendido leyendo, escuchando, compartiendo y debatiendo con buen tono en foros, blogs, eventos o terrazas de los bares. Y si no compartimos, no construimos y si no construimos, no crecemos y si no crecemos, nos aburriremos de oír siempre lo mismo.
Pero vamos a empezar por el principio. Y el principio es definir la comunidad en la que trabajamos: definición de social: conjunto de individuos que comparten una misma cultura y que interactúan entre sí para conformar una comunidad. Definición de media: vocablo inglés que se usa para hacer referencia a los medios de comunicación de masas (mass media). Por lo tanto y en resumen somos una comunidad que actuamos como medio de comunicación sobre diferentes temas. La lógica me lleva a pensar que para ejecutar esta tarea como individuo de esa comunidad, genero contenidos, leo los de otros y los doy difusión (compartir). ¿Y una comunidad cómo crece? Una comunidad crece con el aprendizaje colectivo, es decir, las personas se ven obligadas a adaptarse a nuevas capacidades, procesos y a actualizar los conocimientos periódicamente, ser permanentes, compartir y desarrollar conocimientos.
Escribir en un blog cuesta, elegir un tema, darle un enfoque, comunicar el mensaje de la forma más legible para todos, hacer de lo complicado algo simple, lleva su tiempo. Cuando escribimos un blog lo hacemos por nosotros mismos y por nuestra empresa o intereses profesionales, no nos vamos a engañar, pero también para hacer llegar una opinión o una información a los demás. Veo que cada vez se comparte más información general emitida en medios de comunicación pero cada vez menos contenido de los blogs. He visitado varios de agencias o profesionales que considero de referencia en este sector, fijándome únicamente en el número de veces que han sido compartidos sus post y sinceramente, da pena si se compara con el número de seguidores que tienen en las diferentes redes sociales. Lo cual me reafirma una vez más, que la acumulación de seguidores no atiende más que a un porcentaje mínimo de atención e interacción concentrada en tu perfil. Y también hay otra tendencia, compartir siempre de los mismos.
Social Media: buenos hábitos a adoptar
Como el verano predispone a volver al trabajo renovado, llenos de energía y en buena actitud, solamente quiero recordar buenos hábitos profesionales en Social Media que deberíamos adoptar y/o mantener dependiendo el caso:
-. Dedicar un tiempo al mes a buscar nuevos bloggers que elaboren contenido de cualquiera de los temas que atañen a nuestra profesión. Como también identificar «Content curator» intermediarios especializados que agrupan contenido relevante sobre un tema específico. Servicios y herramientas como Paper.li, LikeHack, Scoop.it, PearlTrees, Feedly o Flipboard donde poder descubrir nuevas lecturas y estar actualizado. Y otras como Evernote para guardar enlaces que no podemos leer en el momento y que además, teniéndolos de forma ordenada en libretas, leyendo y comparando den lugar a nuevas ideas para post propios. Además este tipo de herramientas hacen que se reaviven contenidos, que se refresquen. Muchos post son tan válidos ahora como hace 5 años cuando se escribieron y como los buenos libros, deberían estar en las estanterías sociales.
-. Compartir en redes sociales con conocimiento de causa: eliminar esa tendencia a la ‘titularitis’ es decir, acceder al post y leerlo. Un buen titular no es siempre síntoma de un buen contenido y muchas de las veces llevan a pequeños resúmenes de post de terceros al que les han cambiado el título por algo más impactante.
-. Comentar en los blogs para bien o para mal pero comentar. De muchos comentarios salen nuevas ideas y las diferentes perspectivas ayudan a mejorar y a seguir construyendo. Los comentarios son la puerta principal de debates profesionales.
-. Compartir el contenido etiquetándolo, con hashtags o con tags en redes de contenido, es la mejor forma de hacer búsquedas rápidas y efectivas. Y sobre todo ajustarse al etiquetar al contenido temático del post. A veces se etiqueta con churras y aparecen merinas.
-. Partimos de la base de una Internet abierta, libre, compartida y participativa. Los buenos contenidos deberían circular más allá de los grupos cerrados. Es cierto que grupos como los de Linkedin pueden darte una notoriedad en un sector determinado y favorecer la conversación entre sus miembros pero dejarlos ahí, es acotar la comunicación.
-. No olvidar que un gran número de seguidores se compone de todo, de los que tienen visibilidad y de los que no y sobre todo el mayor volumen es de éstos últimos. Si los que tenemos un número de seguidores importante solamente compartimos de los que son más visibles que nosotros, crearemos guetos y el crecimiento como comunidad acabará deteriorándose.
-. Olvidarnos de avatares cuando leemos algo bueno, de si nos cae bien o mal o de si el que escribe está endiosado y se lo tiene creído. Si el contenido es bueno, es bueno y punto y deberíamos compartirlo. Solo los pelotas crean Dioses, compartir un buen contenido es simplemente, aportar y ser profesional. Obviar también el número de seguidores, no los mires, el contenido de calidad no sabe de números.
-. Compartir no es enviar un post por DM, mensaje de Facebook o mensaje en Linkedin, ni menciones directas con tus post, ni escribir en muros personales. Éso es spamear, sin más y lo único que se merece es un bloqueo o un unfollow, sobre todo si la acción es reiterada en el tiempo.
-. Hay posts que tienen mucho «meneo» y son los tipo listas: «5 claves para..», «25 pasos para..» y por ello cada día abundan más pero la mejor forma de aprender no es listando sino argumentando, en la argumentación se encuentra el sentido del mensaje.
.- No compartas exclusivamente por mejorar tu Klout, tu Peerindex o tu Kred. Lo que viene siendo el EGO Social Media. Comparte por el compromiso de pertenencia una comunidad y éso equivale a comentar y opinar con los demás y a contestar las dudas sobre lo compartido o enlazado. Acudimos a eventos para conectar, para escuchar, para aprender y olvidamos que todos los días nos regalan todo éso en la Red.
Y para terminar, dos recordatorios importantes, si compartes, cita al autor, si opinas sobre un post, enlázalo. Una red no es más que una estructura de individuos conectados entre sí y conocer a esos individuos es parte de la acción de compartir. Y por último, cuando vamos a casa de alguien y se han esforzado en cocinar un plato puede que nos agrade más o menos pero jamás le diríamos, en confianza o sin ella: «Menuda mierda». Imagina un blog como la casa de alguien, comenta sobre lo escrito teniendo en cuenta la voluntariedad que ha habido en redactarlo y si no te gusta, basa tu opinión bajo dos premisas: educación y respeto.
Comments 6
Me estaba planteando muchas cosas de estas en las últimas semanas. Me ha encantado, sobretodo por los puntos en los que hablas de compartir contenido interesante aunque no sea de «influencers» (si me permites la palabra :P) y que dejemos de lado los avatares a la hora de leer.
Aclarados algunos conceptos, ahora solo me falta volver a ponerme las pilas escribiendo :))
Gracias Marc. Ánimo y a ello!! Un abrazo grande
Estimada Ana Santos:
Me interesa y me gustó leer tu post. Desearía compartir algunas reflexiones mías:
No tengo en cuenta las redes profesionales.
Tengo en cuenta Twitter y Facebook y Google+.
No son rigurosos para la creación de cuentas, nombre y avatar. Esta situación no garantiza poder exigir responsabilidades, respeto e induce a la proliferación de identidades falsas, pero lo más grave es que estos tipos de cuenta generan volumén de contenidos.
El almacen de estos datos es grande y estan en el mismo recipiente. Esta situación es grave. Uno mismo o muchos pueden ser honestos con su nombre y avatar pero esta falta de seguridad sólo crea desorden y cada día es más díficil la separación y elección de contenidos y personas para compartir, crecer y evolucionar.
Saludos
La idea subyacente es hermosa… honestidad colectiva. Gracias y saludos. 🙂
Estimada Ana:
Tus reflexiones me parecen muy interesantes y he de reconocer que tengo que ponerme manos a la obra con algunas de ellas. Me gusta que sabes hacer amena la lectura y el fondo ético que trasluce detrás. Gracias por compartir sobre compartir 🙂
Un saludo cordial,
Santiago