Este post es una reflexión necesaria a la respuesta obtenida al de «Emprendí y fracasé.. ¿Y qué?» , una mezcla entre el agradecimiento y el asombro. Sinceramente no me esperaba tal respuesta a algo que para mí es solamente parte de mi trayectoria. Pero todo tiene una justificación y el haberlo escrito también la tiene.
Está claro que no es fácil hablar de los fracasos, sean del tipo que sean, profesionales o personales. Tanto unos como otros, una vez expuestos, tienden a ser juzgados, pocas personas encuentras por el camino que escuchen sin emitir juicios de valor sobre lo que están escuchando.Y tienes que ser lo suficientemente fuerte y segura para que no te afecte. Lo emocional ha sido y es mucho más duro de sobrellevar que lo económico porque lo que más me importa es lo que pienso de mí misma y mi integridad, valor fundamental que me inculcó la persona que para mi ha sido más importante, mi padre.
No entiendo contar las historias que solo tintan de rosa, ni entiendo los proyectos que solo reflejan los éxitos, por éso lo escribí. No dudo que hay iniciativas empresariales (y conozco varios casos) en que todo ha salido bien, de principio a fin. Pero también creo que son los menos. Si hay algo que valoro por encima de todo son las personas que me hacen reflexionar, que me aportan valor, que son sinceras y como lo valoro para mí, intento aportárselo a los demás.
En proceso de normalización contínua
Trabajo aquí, vivo aquí la mayor parte del día, en esta parte de la realidad de cada uno que es el 2.0. o como queráis llamarlo, que me da igual. Y me encuentro con situaciones a veces tan ficticias que me deja un poco fría. Hay conceptos como la amistad, el trabajo, la autenticidad de las personas que se desdibujan excesivamente a favor de una tarea comercial, del ensalzamiento del emprendizaje o del altruismo del 2.0. Hay expresiones que enaltecen tanto este medio que dan miedo, hay situaciones que te hacen sentirte tan a gusto en él, que no solo me dan miedo, me dan pavor. Entonces llega el momento del silencio, de leer entre líneas, de pisar firme y en el suelo.
No seré yo quién niegue que este mundo me ha gratificado con nuevas relaciones personales y profesionales, donde he aprendido mucho y sobre todo respondo afirmativamente a que me ha dado grandes amigos pero tengo la sensación que todo es demasiado “guay”,demasiado superficial y conseguir cosas gratificantes siempre conlleva un esfuerzo, lo bueno no cae del cielo. Por la misma razón los problemas no se llevan a la nube, se enmascaran, se tapan, se ocultan, lo feo no gusta.
Agregando conocidos y no amigos
Si algo creo que hay sobrevalorado en la red es la amistad, de hecho la red social de cotilleo por excelencia ya se ha hecho eco y y nos ha dado a posibilidad de elegir entre “mejores amigos y conocidos”.Y Google + lo ha hecho bien desde el principio dejándonos elegir cómo etiquetar a los que adherimos a nuestros círculos.
Y es que no todo importa, no todos los amigos lo son y no todas las vidas nos interesan. Amigo es aquel (para mí) que a la vez es confidente, aquel al que le cuente lo que le cuente no me va a juzgar, no va a utilizar esa información y sobre todo es a quien puedo recurrir en el momento que sea necesario. Amigo es aquel al que pongo cara, al que he llevado del ‘On al Off’ porque a pie de calle es donde la amistad cobra todo su sentido.
Y sí, tanto la amistad como cualquier otro valor que se ponga en tela de juicio en la Red, es parte del concepto de integridad personal que tenga cada uno. Creo que sabemos o deberíamos saber qué tipo de personas queremos ser y para ello regirnos por una serie de valores que determinen los pasos que damos. Y esos pasos deberían ser los mismos en la vida real como en la virtual.
La asertividad, algo más que una conducta.
Lo tecnológico solo ha cambiado la forma en que nos relacionamos las empresas y los interesados o no en ellas, nos ha mejorado el día a día, nuestra tarea profesional y ahora con las redes sociales, la manera de hacer negocios y conocer personas e incluso recuperarlas. Pero la integridad debe prevalecer sobre las formas, Internet puede cambiar actitudes pero no los valores. Si tanto apelamos a que las empresas se humanizan es contradictorio que deshumanicemos a las personas.
Haber montado un buen negocio, haber conseguido un huequito en la Red, ser más o menos popular, no elimina la capacidad de ser asertivo, porque es algo que debe prevalecer. Nada ni nadie puede hacernos inmunes a nada, ni al error, ni a la duda, ni a la ignorancia ni tampoco a la cobardía, con uno o con un millón de seguidores. Pero mucho menos debemos olvidarlo nosotros mismos, los egos nacen ahí, en la creencia de que tener cierta proyección nos hace más sabios y jueces de lo que no se puede legislar.
El valor de lo auténtico
Tener dos perfiles no es tener dos personalidades, es emitir diferentes mensajes a diferentes públicos, a todos o a unos pocos, con contenido más privado o más público. Pero tú eres tú, el temperamento con el que has nacido, la personalidad que te has formado,la educación que has recibido y lo que has vivido. Cuando comunico derivo conocimiento, mío o de los demás, cuando transmito comparto opiniones o experiencias. En la comunicación puede haber frases incompletas, pensadas, calculadas, comercializadas. En la transmisión debe prevalecer lo auténtico, lo real, lo natural: lo bueno y lo malo, lo que es.
Por éso, nadie me empujó a escribir el post pero sí necesité pedir consejo para publicarlo, el qué dirán me importaba poco, quiénes me importa que me juzguen no iban a descubrir nada nuevo pero sí me frenó “el bilbainismo”, la forma de contarlo. He leído cada tweet, retweet, comentario, posteo, reposteo, mail y atendido hasta llamadas de teléfono. Aunque.. ¡Ojo! También he leído los silencios. La suma de todo me ha hecho sentirme bien, mi objetivo era hacer llegar que “No es oro todo lo que reluce” y creo que lo he conseguido. Y vosotros me habéis hecho sentirme útil en este momento, además necesario, pero sobre todo más gratificante que sentirme ‘crack’, valiente o ‘guay’ porque son más las veces que no sé que decir, que las veces que tengo respuestas.
Comments 2
Enhorabuena por el post, Ana. Un post absolutamente humano, me siento muy identificado con lo que cuentas, y sobre todo con las emociones y valores que transmites y comparto.
Se podría añadir más, pero no mejor.
un gran abrazo.
Luis
Author
Gracias a ti Luis por leerlo y por tu comentario. Y muchísimo ánimo para 2015, a veces parece que las cosas nunca llegan pero el tiempo acaba respondiendo al esfuerzo diario, no te desanimes nunca. Un abrazo,
Ana