En algo estamos todos de acuerdo si estás leyendo ésto y es que vivimos ya en una sociedad digitalizada o en vías de digitalización. Pero sin olvidar nunca que el mundo está en Red aunque la Red no es el mundo porque a veces tenemos tal simbiosis con la pantalla que olvidamos que hay un gran sector de la población todavía no tiene acceso a Internet.
Cada vez que conectamos nuestros smartphones, nuestros ordenadores recibimos una gran cantidad de información que debemos filtrar, resumir y adaptar a diferentes contextos. En el mundo digital tenemos la gran ventaja de obtener información de muchos sectores profesionales, muchas noticias pero no es el único medio por donde recibimos información.
Obtenemos información de una manera formal cuando acudimos a clase, reuniones o eventos de networking, obtenemos información de una forma inesperada conectándonos a Internet o dialogando en redes sociales, la obtenemos también investigando sobre un tema y explorando. Podemos obtener la información de una manera informal estando con nuestra cuadrilla o círculo de amigos. Y esa información nos llegará de forma intencionada cuando leemos o pedimos asesoramiento. Pero lo importante no es recibir esa información sino transformar en conocimiento y para ello debemos no solo compartir, sino actualizar y aplicar a diferentes campos.
El proceso es simple pero no siempre se realiza de forma completa: obtener, gestionar, construir. Si no construimos, tampoco avanzamos. Si nos acomodamos a la reacción que nos proporciona obtener información: hacer, actuar y no damos el siguiente paso para convertir esa información en conocimiento: interpretar y adaptar.. Mal vamos.
Tengo la sana (creo) costumbre de vez en cuando parar, silenciar ese proceso de comunicación que tenemos a diario, un periodo de reflexión que creo necesario cuando atisbo que en lo que estoy haciendo tengo que introducir algún cambio. En ese proceso de silencio, suelo echar para atrás, releer post de otros y míos sobre temas que en otro momento me parecía importantes e incluso ejes de conocimiento para poder elaborar estrategias de cualquier tipo.
Hace unos días me topé con un post que había escrito hacía dos años después de la última Campus Party y en uno de esos momentos de parón. Me di cuenta que dos años después muchas de esas preguntas no estaban respondidas, pero eso no me parece lo peor sino que muchas de ellas sí lo están y no se han producido los cambios necesarios. Si después de una proyecto con presupuestos aplicados para obtener objetivos no los hemos alcanzado, no ha funcionado. ¿Por qué no nos atrevemos a decirlo? ¿A qué tenemos miedo? Estoy convencida que alrededor del mundo digital y sobre todo alrededor de las redes sociales hemos creado una zona de confort y no evolucionamos.
Si Internet cambia todo a mi me gustaría encontrar piratas que ayudaran a producir ese cambio. Piratas que muy en la línea de una sociedad Knowmad: piratas que se atrevan a modificar, que se adapten a cambios, que estén motivados para avanzar y que sean creativos. Piratas que no tengan miedo al liderazgo por el qué dirán y sobre todo que no entiendan “desaprender” como un fracaso. Piratas que se tiren a la piscina y que no les de miedo encontrarse en esa piscina un vacío.
A la par de esto me sorprenden muchas interpretaciones especulatorias cuando introduces cambios en tu trayectoria. Cambiar un modelo de negocio porque no funciona no es un fracaso sino un modo de supervivencia (léase modelo eventos 2.0 en con Eventosfera) y también es un reto. Adaptar cosas nuevas a lo establecido es un reto y un paso. Por ejemplo, #SienteTeruel fue un éxito pero para nosotros en este momento ya es un modelo caduco porque después de la experiencia hemos obtenido resultados válidos y objetivos esperados pero también inesperados y que han generado un momento de reflexión para poder avanzar con algo nuevo. Éso nuevo será Brands Tracker en un periodo de tiempo relativamente corto. Desarrollar nuevos proyectos cuando entiendes una estrategia como modelo caduco, no es fracasar para mi es ser honesto. Si eso es lo que da miedo, el que dirán, mal vamos..
Necesitamos piratas que no solo configuren una sociedad en movilidad, sino en también en movimiento, piratas que aboguen por ser ‘facilitadores’ y no influenciadores porque los influenciadores entendidos como tales en el mundo digital no existen, la capacidad de influencia no va más allá de tu círculo más íntimo, más cercano y a veces ni eso. Pero sí debemos ser conectores, facilitadores de colaboraciones, de creación de sinergias y de transferir ese conocimiento para introducir nuevas preguntas, nuevas dudas y situaciones de incertiudumbre que nos lleven a investigar y evolucionar en cualquier campo adaptado a las nuevas tecnologías. Facilitadores que conformen esa sociedad de conocimiento porque no hay que olvidar que cualquier estrategia, cualquier acción, cualquier interacción y cualquier venta tiene un nexo, un eje y un objetivo: las personas.
Leí hace poco una cita de Daniel Goleman en su libro Focus: “El recurso más precioso de un ordenador no está en su procesador, en su memoria, en su disco duro ni el Red, sino en la atención humana”. Esa atención es la que debemos potenciar, seducir y generar para obtener resultados. Y resultados no son impactos, los impactos son resultados de visibilidad válidos por ejemplo en los eventos, en un momento puntual, una forma de atraer al público objetivo a un foco de información pero son resultados obsoletos si sólo es eso lo que nos proponemos como objetivos.
El objetivo de esta charla no es otro que una invitación a reflexionar si trabajas en el entorno digital, una invitación a la crítica necesaria y al cambio. Porque si algo no debemos olvidar es el niño que llevamos dentro, él será el que nos va a recordar que ‘crecer’ es nuestro mejor modelo de negocio. Así que hagamos algo por crecer y por crear.